SpaceX se preparó para lanzar el cohete más grande y poderoso jamás construido el jueves, trabajando sin parar después de que el primer vuelo de prueba fracasó a principios de semana.
El Starship de casi 400 pies (120 metros) estaba a punto de despegar desde el extremo sur de Texas, cerca de la frontera con México. Elon Musk de SpaceX dio 50-50 probabilidades de que la nave espacial alcanzara la órbita en su debut.
No se recuperará nada del cohete. En cambio, si todo va bien, el propulsor de la primera etapa, denominado Super Heavy, caería en el Golfo de México. La nave espacial en la parte superior continuaría hacia el este, pasando sobre los océanos Atlántico, Índico y Pacífico antes de amerizar cerca de Hawái. Todo el vuelo, si tiene éxito, duraría solo 1 1/2 horas.
La compañía planea usar Starship para enviar personas y carga a la Luna y, eventualmente, a Marte. La NASA ha reservado un Starship para su próximo equipo de caminata lunar, y los turistas ricos ya están reservando sobrevuelos lunares.
Una válvula de refuerzo atascada descartó el intento del lunes. Cientos de fanáticos del espacio regresaron al sitio de lanzamiento en la playa de Boca Chica en la víspera del segundo intento de lanzamiento y se tomaron más selfies.
“He estado esperando esto durante años”, dijo Bob Drwal, un ingeniero jubilado que manejó desde Chicago con su esposa Donna.
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